¿Cuándo es el mejor momento para proponer una fantasía sexual?

¿Cuándo es el mejor momento para proponer una fantasía sexual a una mujer? Lee el siguiente artículo para averiguarlo y ponerlo en práctica.

G. Belman

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¿Cuándo es el mejor momento para proponer una fantasía sexual a una mujer? Lee el siguiente artículo para averiguarlo y ponerlo en práctica.

La respuesta es sencilla, pero su puesta en operación compleja: cuando consigas conectar sexualmente con ella. Y no me refiero únicamente al hecho de lograr llevarla a la cama, puesto que eso es solamente el primer paso, sino a lograr sintonizar con su lado más sexual, aquel al que pocos hombres pueden tener acceso.

Una de las mayores diferencias que existen entre un hombre alfa frente a uno beta es su calibración sexual.

Todas las mujeres tienen dos versiones de sí mismas; una que despierta con las interacciones regulares y aquella que sólo logran despertar ciertos hombres de alto valor que logran romper sus paradigmas.

Para los primeros, el sexo será algo escaso y condicionado; mientras que para los segundos no sólo será abundante, sino que no tendrá mayores límites que aquellas fantasías que logre direccionar el hombre en cuestión.  

A las mujeres les fascina el sexo, pero les agrada que éste surja como consecuencia de un contexto que le permita sentirse plena; no se limita a la genitalidad, sino que precisa de un gran cúmulo de emociones que les permitan explotar en una avalancha de lujuria y pasión. Lo anterior parece más complejo de lo que realmente es.

A diferencia de los hombres, el deseo sexual en las mujeres atiende a estados emocionales, los cuales están cambiando constantemente dependiendo del contexto.

Si aprendes a direccionar tus interacciones adecuadamente, podrás surcar sus diversos estados emocionales favorables para poder avanzar sexualmente hacia tu meta.  

La mayor parte de los hombres no suelen preocuparse en demasía por el placer femenino. Por lo general se abocan a atender sus propias necesidades físicas y emocionales; lo que genera que las mujeres queden insatisfechas de sus interacciones sexuales y sean poco receptivas al sexo. Cuando un hombre atiende adecuadamente las necesidades de la mujer, el apetito de ésta se incrementa y con ello su creatividad sexual.  

Un hombre beta es un succionador de experiencias mientras que un alfa es un dador de las mismas.

El hombre beta cuando interactúa con una mujer lo hace atendiendo a su propio placer, sin importarle conectar verdaderamente con ella; es por ese motivo que muchas mujeres al concluir la interacción sexual, se sienten utilizadas.

El hombre alfa al convertirse en una fuente inagotable de buenas experiencias; hace que las mujeres se sientan plenas y accedan a ser sexualmente más juguetonas.

Es ahí donde surge la oportunidad de gestionar las fantasías que uno desea. Dicho de otra manera: si quieres cumplir tus fantasías, tienes que lograr que las mujeres se apropien de ellas.  

A lo largo de los años y gracias a numerosas pruebas de ensayo y error que efectué en mis diversas parejas sexuales, conseguí desarrollar una técnica que me ha sido útil para proponer fantasías. Dicha técnica he optado por llamarla anclaje de negociación sexual.

La palabra anclaje proviene de la Programación Neurolingüística y se emplea para describir el vínculo creado entre un estado emocional determinado con una conducta o estimulo que hace revivirlo. La forma en que yo suelo utilizarlo es la siguiente: tras atender las necesidades sexuales de la mujer y justo antes de lograr su orgasmo, en el momento en que se encuentra más caliente, opto por decirle de manera cariñosa y afirmativa lo que quiero que hagamos.

Frases del tipo, “te imaginas haciendo…” o “como me prendería verte haciendo…”, son de gran utilidad, puesto que harán que al momento del orgasmo la chica correlacione dicha experiencia sexual con lo que le estuviste diciendo.

Ha habido chicas con las que, tras haber aplicado la técnica anterior, he logrado ponerlas en estado sexual con tan sólo verbalizar de nueva cuenta lo que dije durante el sexo; puesto que terminaron relacionando dicha idea con sus propios orgasmos. Dicho lo anterior, puedo concluir que la mejor manera de proponer una fantasía es solicitarla una vez que has logrado satisfacer todas las necesidades sexuales de la mujer. Lo que sigue es sólo direccionar la logística a la consecución en la realidad de dicha fantasía.  

Si la fantasía atenta contra su sistema de valores o es demasiado “sucia” para su gusto, vale la pena aplicar el anclaje de negociación sexual de manera más calibrada. Lo anterior se logra proponiendo fantasías puente, que le permitan transitar poco a poco el camino hacia la fantasía real.

Para pedir favores sexuales grandes, primero hazle cumplir favores sexuales pequeños de manera juguetona.

Para que una mujer acceda a cumplir tus fantasías precisa disfrutar con ellas y eso sólo se lograra si aprendes a satisfacerla plenamente. Es un ganar – ganar.

Esperando que estos consejos te hayan sido de utilidad, quedo a tu disposición para cualquier sugerencia, pregunta o comentario.

Atentamente: Tu amigo y ala Belman.

https://www.youtube.com/watch?v=Wgqrpo74U3I&t=3s

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