¿Tienes miedo a que te rechacen? Vale la pena que leas éste artículo y te replantees algunas cosas sobre las mujeres.
En la vida existen dos tipos de miedo, el racional y el irracional. Mientras los miedos racionales suelen ser dictados por nuestra biología y están enfocados a aquello que la naturaleza nos exige, a efecto de no incurrir en acciones que pongan en peligro nuestra vida; los miedos irracionales suelen ser construcciones sociales y creencias limitantes, elegidas por nosotros mismos para evitar actuar en áreas que nos hacen sentir incomodos.
El miedo al rechazo se encuentra entre los miedos irracionales porque está basado únicamente en tus inseguridades y no en un peligro real que el mundo te ofrece. Comprender lo anterior, constituye el primer paso para superarlo.
Muchos hombres se toman muy personal las actitudes hostiles de las mujeres, incluso de aquellas que no conocen de nada. Van por el mundo buscando aprobación y cuando no la consiguen, se suelen decir a si mismos que algo está muy mal en su persona la más de las veces y en otras, le echan la culpa a la chica como si ella estuviese obligada a corresponderles. Ni ellos son unos sapos asquerosos, ni ellas unas harpías sin corazón. El problema real se encuentra en una cuestión más de actitud que de falta de atractivo.
El “enfoque conquistador” con el que abordan muchos chicos, suele ser el principal motivo por el que fracasan en sus primeras aproximaciones en frío. Se han impuesto una meta desproporcionada e infantil para sus limitadas habilidades sociales, lo que termina ocasionando que se muestren ansiosos por “obtener un resultado”, en lugar de emocionados por conocer a una persona con quien podrían congeniar y vivir experiencias maravillosas.
Si tu intención es sargear (ligar con desconocidas) y careces de experiencia en ello, te recomiendo reducir tus expectativas e imponerte metas más sencillas. Tu primera misión no puede ser la de conquistar al amor de tu vida y a la futura madre de tus hijos. Tu objetivo debe ser tan simple como darte la oportunidad de conocer a esa persona que te ha llamado la atención. No des nada por sentado ni la pongas en un pedestal. Necesitas tratarla para saber si es apta para convertirse en tu potencial pareja. El que una mujer sea hermosa, no le otorga mágicamente otras cualidades valiosas para una relación sana.
Enfocar tu atención en elementos sencillos como abordarla y propiciar el confort necesario para romper el hielo, es una tarea menos titánica que tratar de llevarla a la cama, a los pocos minutos de iniciar la interacción. Todo tiene sus formas y sus momentos. Debes aprender a saborear de todo el proceso y disfrutar de la experiencia de conocer a esa chica especial. No apures las cosas basado únicamente en tus pulsiones físicas. Las mujeres no son objetos, sino personas. Algo tan obvio suele ser olvidado con facilidad por muchos hombres, lo cual explica sus fracasos amorosos.
Acercarte a una chica desconocida es una gran oportunidad, para entrar en contacto con alguien interesante que puede aportar nuevas experiencias a tu vida, buenas o malas. Al desconocer su situación personal, te expones a cualquier tipo de resultado. Tomar consciencia de ello es importante, pues esto significa que buena parte de lo que ella haga, sienta o diga no depende de ti ni de tu juego (estilo de ligue). Puede ser que este triste por que algún familiar haya muerto y por tanto no tenga ánimos de conocer a un chico por muy agradable que éste sea. Es posible que se haya peleado con una amiga o que haya extraviado su cartera y no se encuentre de humor para conocer a nadie. Pero también esta en el universo de las posibilidades que se encuentre receptiva y, por tanto, una plática interesante con un chico nuevo y divertido haga de su día algo mejor. Muchas historias de pasión y amor inician así.
Asume y acepta todas las posibilidades que se te ofrezcan al momento de sargear. Lo excitante de un viaje no radica únicamente en el destino, sino también en los diversos paisajes que puede ofrecerte el trayecto.
Para poder controlar tu miedo al rechazo debes aprender a transformar tu mentalidad respecto al mismo. Si la actitud de ellas no fue la más cortés o amable, pese a tu haberlo sido, ¿te imaginas traer esa clase de toxicidad a tu vida? El que la interacción concluyera rápido fue lo mejor para ti, pues te libró de experiencias que no necesitas y la única forma en que podías descubrirlo era tomando la iniciativa.
Si ellas deciden no aceptar tu aproximación, ni darse la oportunidad de conocerte, no te han rechazado a ti. Han rechazado tu forma de abordarlas y el contexto en que el contacto ha tenido lugar. Quizá requieres proyectar más valor y seguridad en tus encuentros o mejorar tus habilidades comunicacionales. Por otra parte, si las cosas “salen bien” y ambos disfrutan del proceso, ha sido porque tuviste el valor de ir a por lo que querías. Si te hubieras quedado petrificado por el miedo, jamás habría ocurrido nada entre ustedes. Bien lo dice el dicho: “el que no arriesga no gana”. El mundo es de los valientes.
Podrías decirme es más fácil decir “no tengas miedo” que controlar tus temores y tendrás razón. No es lo mismo redactar estas líneas desde la comodidad de una casa que estar frente a esa persona que impone por su belleza… pero sabes una cosa… Todos experimentamos miedo al relacionarnos con otros. Incluso ella.
Ella no sabe si eres un buen chico o el desgraciado en turno, que quiere llevarla al huerto. Las mujeres tienen muchas inseguridades, producto del mundo que les rodea y de sus propias vivencias personales. Sin embargo, la mayoría de ellas, suele darse la oportunidad de intentarlo una y otra vez, a pesar del desamor y el desengaño. ¿Sabes por qué? Porque en el fondo de su ser, siguen atesorando la esperanza de conocer a alguien especial… alguien, que podrías ser tú.
¿Entonces a que le temes exactamente? ¿Por qué tienes miedo que te rechacen?
Hay un fenómeno curioso que siempre me ha generado fascinación. La relación entre la emoción y el miedo. El miedo suele emerger de la falta de control, pero los sucesos más emocionantes de la vida surgen fuera de nuestro estado de confort, es decir, en las mismas áreas que disparan nuestros temores más profundos. Los accidentes de tránsito cuando se viaja son abundantes, pero eso no impide que las personas dejen de hacerlo. El fuego calienta, pero también quema. Las flores perfuman, pero también espinan. No por ello dejamos de buscar el calor ni de disfrutar los aromas bellos. Todos sabemos que el desamor duele y, sin embargo, estamos ansiosos por volver a amar.
En este mundo de incertidumbre. ¿Qué clase de dolor estás dispuesto a experimentar? ¿El dolor del rechazo (que nunca es del todo real) o el dolor del arrepentimiento?
No sé tú, pero a mi gusta transitar el camino de los valientes. Muchas veces las cosas no salen bien, pero siempre aprendo de mis errores y disfruto del viaje. Te invito a hacer lo mismo.
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